lunes, 21 de abril de 2008

¡Calumnia!

¿De verdad que no la ha visto? Pues usted debe ser ciego, no podría ni moverse si es que acaso usted la viera. Pues le digo que no miento, que si viera a esa dama, a la que anoche he amado, no podrían ya jamas volver a mirar cualquier otra.

No, no estoy loco, simplemente es que la busco y no se donde empezar. Ya de tarde anoche fuimos a mi casa en la alameda, y entre sabanas y risas las caricias fueron muchas.

No señor, no lo permito, no insinúe cosas feas, no era ella una muchacha de las que hallas en la calle, ni un Keblar ella ha pedido por la noche que pasamos. Mas su obtusa, casi nula y torpe mente terrenal, no concibe de incapaz soñar un mundo ajeno al que ven sus ojos negros.

Sí señor, he disfrutado cada brisa que perdía su cabello virginal, cada vez que sacudía sus ideas y en notas alegres reía y amaba.

Mi señor me opongo duro, no permito que se burle de mi mágico vocablo. Por demás es bien sabido, que la flor de su inocencia se ha perdido hace ya tiempo. Mas mis manos han sabido, con paciencia de años luz, doblegar sus mas secretos y recónditos deseos.


No, no he sabido de su boca si su nombre es Florentina, Luz María Luz Selena o Luz Jazmín.

¡Que seguramente tiene! ¿O me toma por idiota? Cómo quiere que lo sepa, si la noche de anoche se agotó rápidamente en asuntos mas perfectos que charlas banales de nombres y edades.

En mi cómoda inocencia, quizás imagino su nombre es "Luz" algo, pues le juro que en mi vida me han sabido deslumbrar con tal belleza que llena que hastía y que suena, con cada sonrisa un lucero nacía, con cada mirada una luna bebía.

Ya de charlas está bueno, pues no encuentro en sus palabras mas que burlas y desprecios, y no quiero siquiera ensuciar la memoria de aquella doncella con tantas blasfemias que en vano usted canta.

Pues si es cierto lo que dice, con gusto le digo que aquella muchacha medía mi altura, su pelo era fuego y sus ojos de cielo. Tenia un tatuaje de un hada en desvelo, allí donde el hombre sonroja si mira.

¡Mas qué es que pretende con tanta calumnia! mi dama en mil años podría encontrarla en un sitio de cuarta! Y ahora es que obligo a sus cómodos huesos que me lleven hasta donde usted cree que ella habita.

Mientras vamos, yo le cuento que la he hallado, muy lejana a estos caminos, cuando el sol ya adormecía sobre todas las colinas que se ven al noroeste.

¿Y cómo es que sabe que allí es que su madre se anida en inviernos y es ella que amable le lleva Keblares que luego se usan en mil medicinas?

Son muchos Santares* los que la separan del pueblo de Kont. ¿Usted asegura que estamos hablando de mi dulce amada? Pues sepa que anoche sus pies de princesa jamas acusaron caminos de piedras y muchos Santares*. Mas bien parecían haber transitado tan solo mil nubes cargadas de seda.

¿Y aquella casita de techo de paja, según usted dice, alberga una casa de mujeres y franquicias? Pues vamos y entonces podré demostrarle que aquella muchacha nunca encajaría en tan baja calaña.

¡No se acerque extraña dama! ¡Y usted mal nacido, de qué es que se ríe! Yo le juro desconozco esta damita que me invita una vez mas.

Le digo señora que no la conozco, que nunca la he visto, y menos que menos contigo he dormido, ¿porqué es que te esmeras tanto en confundirme?.

Pues sí, no lo miento, vivo en la alameda, pero...

Basta ya mala mujer, que nada te debo, ni medio Keblar!!!

Pues solo te pago pues rojo me he puesto, mas calla y educa al menos un poco tus pocos y torpes modales de perro.

Que poco me importa que cargues el mismo tatuaje en tu vientre que aquella mujer, seguro que ha sido mordaz coincidencia... ¡Y usted viejo tonto, ya corte su risa que causa vergüenza!

Me voy tan dolido pues han confundido ángel por corriente, cándido por vil, sueños con malicia y tosco con gentil. Me voy hasta el pueblo y me llevo mis días, no importa que aquella mucho se parezca, no es ni cerca un tercio de aquella muchacha que anoche me amaba.

Y usted mi señor, déjeme inquirirlo, ¿acaso conoce una dama de ensueños, que rojo es su pelo, sus ojos de cielo y carga un tatuaje de un hada dormida?

¡Calumnia! ¡Calumnia!


*Santares: unidad de medida terrestre que equivale a unos 23.5 Trotts.

domingo, 20 de abril de 2008

Aveces...

Aveces las palabras están de mas. Aveces los gestos son molestos... las miradas estorban, las sonrisas son intrusas.

"Ya tendré mi oportunidad" repetía Cesar muy dentro suyo, "ya la tendré".

Ni siquiera se atrevía a mirarla a los ojos, por temor a que le niegue la vista. No se acercaba por miedo a quedarse enredada mas en su perfume, y no se atrevía a hablarle, no sea cosa que ella respondiera con silencio, o peor aun, con indiferencia.

Y la noche corría juguetona y los minutos trataban en vano de alcanzarla, y todo en esa fiesta era risas y sinfines de historietas. Y Cesar, por supuesto. No nos olvidemos de Cesar.

Si acaso en la piel permanecen recuerdos, gastados por cientos de roces y almuerzos, en tersa la mano de Cesar quemaba, la vívida historia de él con Amanda. Si acaso el veneno del tiempo había enterrado los miles de besos en cientos de bocas, los besos de aquella en su boca reían, los besos de aquella en su boca quemaban.

Cual duende que antaño robara un tesoro el muchacho la espiaba y aveces miraba, mas no se animaba a decirle a su amada, que aquello vivido una vez, extrañaba. Sin nombres ni rostros los mil invitados rodeaban a Cesar de charlas y tragos, más siempre ignorando aquel mal que anidaba en su débil coraza que espíritu llaman.

La suerte de Cesar parece esfumarse, pensaba el muchacho en tercera persona. Quizás él debiera animarse y decirle que algunas palabras quisiera entregarle.

Y al fin la mañana entregaba sus claros, y entonces la noche caía abatida. Caía abatida la fe del muchacho, y alguno que otro de chocho reía.

Entoces la boca, pensó aquél muchacho, ya mas no podría aguantar sus latidos. Amanda se iba, y ya saludaba, y en voz "SI MENOR" hasta luego decía.

- Yo me voy, mañana me tengo que levantar temprano y tengo mucho sueño.
- Esperá, yo también voy para el mismo lado. - Cantó nuestro Cesar con voz casi nula.
- Seguro, venite, no hay ningún problema.

El viaje en el taxi no era ni eterno, ni largo ni calmo ni cálido o tierno. Las calles pasaban y mas se ahogaban, en esa garganta las penas, los sueños.

Pensaba y pensaba en alguna palabra, un son, un te quiero, un te extraño callaba. Muy imperceptible su mano arrimaba, de esto el muchacho poco se enteraba. Muy calmo esos dedos a aquellos cercaban, las manos dormían en el viejo asiento trasero del taxi en el que viajaban.

Y mientras pensaba y sin darse cuenta, los dedos rozaron la mano de aquella, pues sin darse cuenta se había acercado con esos recuerdos de vívida historia a los dedos de Amanda, que casi dormida, quizás por reflejo, quito en un momento su mano y entonces, aquel milagrito que pocos segundos había durado, quebró en mil pedazos, y todo seguía, igual que si nada hubiera pasado.

Y Cesar espiando por la ventanilla, miraba las casas bañadas en alba, pensaba en su adentro en tercera persona:

"Aveces las palabras están de mas. Aveces los gestos son molestos... las miradas estorban, las sonrisas son intrusas."

sábado, 19 de abril de 2008

Sisifo, desde aca te hago el aguante!

Recuerdas los tiempos en que, viejo amigo,
ardía en tu boca la azul madrugada.
Borracha, Afrodita reía y brindaba contigo
dejando el olor de otro cuerpo en tu cama.
¿Dónde encallaron esos días?
¿En qué luminosas playas?

Huyendo de ti y de la aurora, escapaste
buscando en mil bares el abracadabra
que detiene el tiempo, pero regresaste
y te encontraste a ti mismo esperándote en casa.


Y el alba sincericida
trajo su rutina y su ancla.

El amor es la piedra que Sísifo empuja.
El mundo el cascabel de un gato asustado.
Nadie nos avisó que amar es doler,
que crecer es aprender que para regresar,
y para casi todo, es tarde,
y aquello que no fue
nuestro más leal amante.

Así que brindemos ahora viejo amigo:
que acabe este otoño y resuelva el misterio
del eclipse en tu pecho, que aún no nos rendimos.
De la noche aprendimos viejos sortilegios
que ayudan a conjurar
al reloj y sus espectros.

Sísifo abandona hoy su piedra en la cima
y el gato se duerme esta noche en tus brazos.
Quizás tengan razón y amar es doler
pero quién diablos quiere regresar
si lo que cuenta es aprender
que no está perdido aquello que no fue,
que no está perdido aquello que no fue.

Este pibe me enseñó un montón de cosas...

Sí, la vida se caga en todos... y qué...
sí, tu perra quedo preñada... y qué!!!
ajap, tas solo y no encontras a nadie... Y QUÉ!!!

el absurdo es lo mas doloroso que puede pasarle a alguien, pero si logramos ver el absurdo como algo irremediable y logramos sobreponernos y realizar todo lo que queremos, restandole importancia al dolor que nos da este absurdo... bueno, señores, tenemos ahi un hermoso coctel de chochura sin fin...

Según Camus, Sísifo era feliz.

No hay que tomar esto como simple apatía o resignación... nop! es mucho mas... Me voy a tomarme unos brancas... byebye!

Y lo demás, fráncamente no importa.

Bueno che, como que en un principio no me va a leer ni el pomo, pero no importa, yo quiero dejar registro.
Acá empiezo, quien sabe a donde voy a parar.
Para qué realmente no sé, pero todo empieza con algo, un movimiento, una idea, una iniciativa... y eso es lo bueno de todo esto, saber que al movernos llegaremos a algún lado, y si no llegáramos a ese lugar que no sabíamos que existía, seguramente el viaje nos va a saber entretener.

Los dejo con una poesía que escribí hace un tiempo y una foto de la divina de la Pam.



No


De todas las cosas que quedan conmigo,

de todos los besos, de todas las risas...

me quedo en tus ojos, me quedo en sigilo,
me quedo en tus manos, caricias sumisas.


De todas las noches que tanto quemaban,

de cada caricia que en sueños pedías,

me quedo con poco... quizás me bastaba

con verte a mi lado al clarear el día.

No esperes que pida que vuelvas y anides

tu bella cintura en mi lecho por siempre.

No creas que ignoro que tu eres quien pide
que borre mis sueños, de ser tu presente.

Tampoco te pido que encierres mis sueños

con todas las letras que carga un "no más".

Para eso está el tiempo, con días sin dueños,
con todo ese peso que carga un "no estás".


No te pido que me olvides ni a mi pícara sonrisa,

la que tu bien arrancabas de mis antes mudos labios.

Veras poco es lo que pido con palabras ya sin prisa.

Sé muy bien podrás seguirlas sin ganas ni agravios.


No te enojes si es que aveces se me escapa algún suspiro

cuando estando cerca tuyo vos te peines con tus dedos.

No te enojes si algún día tu te enteras de algún giro

que ando triste y pensativo, con mas miedos que tus miedos.


No te creas que lo finjo si alguna noche te llamo,
y sientes trémula en mi voz una lágrima acallada,
que por cada una que escuchas, habrá otras mil apagadas.


No me odies vida mía solo eso es lo que pido...

no me guardes ni un rencor que ya bastante me sobra
con mi suerte de no ser, el hombre que andabas buscando.